Luongo inicia su articulo con un documentado panorama del estado de la cuestion del cuento XI, con numerosas referencias bibliograficas en nota, y con un recorrido por los precedentes en los que aparecen desarrollados los motivos principales (ingratitud, tiempo ilusorio, etc.). Entre estos ultimos se detiene en la obra hispanohebrea Mesal ha-qadmoni, donde se intercala un texto similar, como puso de manifiesto D. A. Wacks. Las analogias entre ambas historias son evidentes: a) joven ambicioso aspira a conocer las ciencias ocultas; b) se dirige a un lugar famoso para aprenderlas; c) es amablemente recibido por un experto nigromante; d) quien, juzgandolo negativamente, lo somete a un encantamiento previo; e) recorre un larga carrera durante un tiempo ilusorio; f) regresa al punto de partida; g) finalmente el alumno descubre el engano; h) Paralelismo acentuado porque los dos relatos juegan con un mundo encantado, cuyos limites se marcan por una aparente hospitalidad alimenticia (perdices/vino). Tras subrayar estas similitudes, Wacks propuso la existencia de algun cuento folclorico local, conocido por ambos autores, como posible intertexto. Por su parte Luongo subraya la diversa intencion didactica. El tema de la ingratitud sometida a prueba falta en el texto hispanohebreo, en el que la actitud del mago es solo un alarde de sus habilidades ilusorias. Al final, el joven hebreo da muestra de humildad, algo ausente en el Lucanor. Recuerda tambien el autor del articulo la importancia del marco dialogado y de los versos finales que insisten en la posibilidad de retirar la ayuda a quien no la agradezca. El encantamiento de don Illan tiene que ajustarse a tal proposito y convertirse asi en una especie de examen para el aprendiz y no en una demostracion de la sabiduria del mago. Por ello Luongo concluye que el cuento de don Juan Manuel es mas bien un habil “collage intertextual” de relatos parcialmente similares: una historia de procedencia oriental, quiza con difusion oral, y otra de procedencia cristiano-occidental. En la primera se desarrollaria especialmente la relacion maestro-discipulo y el tiempo ilusorio y en la segunda, la prueba de la ingratitud. El articulista encuadra el estudio del cuento en otras series narrativas de la misma coleccion, en las que tambien funciona el binomio engano-prueba, como los ejemplos 1, 24, 25, 48, 50, etc. Del cotejo se desprende como Don Juan si conferma cosi, ancora una volta, autore dal metabolismo eccezionalmente attivo, in grado di assimilare, condensare e rielaborare profundamente materiali provenienti dalle piu diverse tradizioni culturali, clericali e folkloriche, orientali e occidentali, latine e volgari, per dar vita a una particolarissima e innovativa riproposizione del genere exemplum (p. 713)