La autora busca en el Orto do Esposo el reflejo de los colores en un doble sentido, literal y retorico. No abundan los colores en este ejemplario y las pocas notas descriptivas siguen las pautas habituales: blanco para el Paraiso, la virginidad, la pureza; verde, la naturaleza terrena; amarillo, el ayuno y la enfermedad; el oro, la purpura y la soberbia; rojo, el martirio, etc. En el contexto de moral ascetica propugnado por el monje autor de la recopilacion, el color tiene una connotacion enganosa. El brillo de los colores tiene un caracter ilusorio, como todo lo que corresponde al mundo material, frente a la vision interior, espiritual, de los ojos del alma. Otro concepto diferente son los colores retoricos, nunca aludidos con este termino en el Orto do Esposo. Pese a su aparente hostilidad a la retorica, el autor no desdena recurrir a simbolos e imagenes poeticas o jugar con la sonoridad de las palabras. En esta obra, como en san Bernardo, hay que hablar de una etica de la belleza, antes que de una estetica. Los colores del mundo aparecen utilizados como colores del lenguaje para representar la experiencia de la meditacion
Lugar de publicacion original: Lisboa