Moner se propone llamar la atencion sobre los problemas que pueden derivarse si en las futuras ediciones hipertextuales se perpetuan las carencias de las ediciones convencionales, relegando materiales procedentes de fuentes orales o los que derivan de la recepcion de la obra. Ejemplificara su planteamiento con el cuento 32 de El conde Lucanor, “De lo que contescio a un rey con los omnes burladores que finieron el pano”. Se trata de una version de una trama narrativa de origen impreciso, cuyos testimonios orales se identifican con el tipo 1620 y el motivo K 445, y que ha dado lugar a imitaciones y transformaciones, antes y despues de que entrara a formar parte de El conde Lucanor. Gran parte de la critica ha eludido las versiones posteriores a don Juan Manuel y los materiales procedentes de la oralidad, siguiendo una costumbre y una postura metodologica habituales. De la lectura de diversas versiones infiere Moner que el ejemplo autoriza dos interpretaciones, segun que se preste mas atencion al texto o a la moraleja. En el primer caso, la historia se centra en la cuestion de la verdad y de la mentira, cuya piedra de toque es el engano o la burla. En el segundo, se destaca el valor de la desconfianza. En el relato es clave la figura del desenganador y su correlacion con la victima; rey y negro se oponen sobre una base jerarquica, aunque no sabemos si esta inversion paradojica (el esclavo portavoz de la verdad y el monarca y sus subditos obligados a mentir) es o no deliberada en don Juan Manuel. El cotejo del texto con el mayor numero posible de versiones, escritas u orales, anteriores o posteriores, puede ayudarnos a descubrir la virtualidad del relato
Lugar de publicacion original: Zaragoza