El gallo y la gallina intervienen en dos milagros distintos atribuidos a Santo Domingo de la Calzada: el del cristiano cautivo y el mas famoso del peregrino ahorcado; ambos milagros terminan con el portento de la resurreccion del gallo y la gallina. En el primer caso la situacion es topica: un cristiano esta preso en una oscura carcel mora. El preso es creyente e invoca a santo Domingo de la Calzada. Los captores, por su parte, estan dandose un banquete y a punto de hincarle el diente a un gallo asado y surge el reto, que se cierra con el portento. Este milagro se corresponde formalmente con el que Berceo narra en la Vida de Santo Domingo de Silos, escrita hacia 1236. En este caso, el cristiano se llama Servan y es de Cuzcurrita. El mismo final se asocia al milagro del peregrino que es injustamente ahorcado por haber sido acusado, falsamente, de haber robado una copa de plata. Perez Escohotado muestra la probable filiacion de este portento con algunos trucos o recetas que provienen de lo que se ha llamado alquimia recreativa medieval. En la resucitacion del gallo y la gallina, no se da propiamente la intervencion directa del santo, sino que las aves asadas saltan sobre el plato como respuesta a una declaracion de incredulidad