Lacarra estudia un cuento que se copia en el ms. P entre El conde Lucanor y el Sendebar, al que la autora titula “El muerto imaginario”. Ya se ocupo de el en 2005, pero ahora deslinda la tradicion, localiza la fuente, y amplia los paralelismos hacia la literatura italiana. Historia similares existen en el folclore y en la literatura escrita, pero deben separarse en dos ciclos: a) “El hombre inducido a creerse muerto”, como ocurre en “Los tres maridos burlados” de Tirso de Molina, y con amplia difusion en Italia (Decameron, novella de Doni, etc.), y b) “El muerto imaginario”, mas proximo a la cultura escrita y academica. Son mucho mas frecuentes los testimonios del primer ciclo que desarrolla, bajo distintas variantes, el motivo J 2311: “Persona inducida a creer que esta muerta”. Por el contrario, en el ciclo de “El muerto imaginario” el mismo protagonista se sugestiona y se considera muerto, mientras su mujer, amigos y parientes, con o sin la ayuda de un medico, se esfuerzan por sacarlo del error, como ocurre en la version castellana. Esta version, que no cabe atribuir a don Juan Manuel, tiene su unico precedente en un relato inserto en los Gesta romanorum (n.º 241 (app. 45), que el texto castellano recrea de un modo muy original, con detalles procedentes tanto de la tradicion medica como de la oral y literaria. Por ultimo, rastrea la misma historia en textos espanoles (Palmireno, Villegas, manuales medicos, comedias del siglo de Oro, etc.) e italianos (Giovan Battista de la Porta) hasta el siglo XIX