El proposito del presente trabajo es mostrar que algunos chistes anticlericales en El Conde Lucanor estan compuestos con una clara intencion autoral, desarrollada por medio del habil uso de los contenidos y por algunas innovaciones literarias del autor. Por ejemplo en el exemplum XXXI, la rivalidad entre los cleros regular y seglar es el objeto de burla. De paso el autor castellano alude humoristicamente al demasiado formalismo y la incapacidad de jueces al describir la espantosa cantidad del todo el proceso documentado. En el exemplum XI, don Juan Maule combina con maestria dos temas tradicionales para elaborar el inmortal don Yllan: el tema de la ingratitud de un obispo para con su viejo maestro y el de encantamiento que hace sonar a un plebeyo con la gloria imperial. No es menos importante la disposicion de toponimos vinculados con algunas imagenes estereotipadas de su epoca: Santiago con alta clerecia y Toledo con nigromancia. En el exemplum XXVIII, ocurre lo mismo: el Lorenzo Suarez historico de refugio sirvio al principe musulman de Ecija, pero el autor castellano deliberadamente situa la escena en Granada, mucho mas conocido como un nucleo del poder musulman. La constancia religiosa de este caballero marca un contraste con la traicion del “clerigo misacantano”, quien entrega la hostia a los infieles para que la afrenten. La descripcion de afrenta traza simbolicamente el pasaje biblico de Pasion y constituye un preambulo perfecto para el milagro de la hostia volante. La satira contra la clerecia funciona como un eje estos exempla y llega a constituir una contradiccion con la ortodoxia y el respeto hacia dicho estamento que Juan Manuel acusa en otras obras suyas

Lugar de publicacion original: Mexico