Carlos Heusch analiza la imagen de la monarquia que transmite El Conde Lucanor y concluye que la ficcion literaria permitio a don Juan Manuel introducir una concepcion de la realeza mucho mas critica y conflictiva que la presente en otras de sus obras, como el Libro de los estados. Esta vision critica se aprecia tanto en las sentencias como en el nivel dialogico Patronio-Lucanor. En los exempla, donde los soberanos —en sus distintas variantes (rey, emperador, sultan, etc.)— cobran un protagonismo mucho mayor, la consideracion negativa afecta a los reyes «de cuento», retratados como figuras carentes de etica politica y presas de los vicios y las pasiones. Con todo, Juan Manuel acoge el modelo virtuoso propio de los espejos de principes en dos tipos de espacios, significativamente caracterizados por su distancia con respecto al aqui y el ahora de la enunciacion: la distancia temporal de un pasado pretendidamente historico, en el que unos reyes mitificados y ejemplares encarnan los valores eticos de la caballeria, y la distancia espacial de un oriente musulman idealizado y exotico, cuyos soberanos hacen gala de sabiduria, tolerancia y refinamiento y, si no siempre se comportan de un modo completamente virtuoso, son al menos capaces de enmendarse y encontrar la via del conocimiento y el saber. Estas imagenes positivas contrastan con el hoy de la obra, es decir, con el espacio-tiempo de las entrevistas entre Lucanor y Patronio, que el primer publico identificaria con el reinado de Alfonso XI, asi como con la atemporalidad de las sentencias. Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui