Investiga la difusion de las Faules d’Isop catalanas durante el siglo XVI para averiguar su recorrido por las imprentas peninsulares, asi como sus relaciones con otros textos castellanos. Para ello, Lacarra estudia los posibles antecedentes, origenes del texto catalan, modelos y diferencias con sus predecesores castellanos en los cuatro apartados que dividen el articulo. El modelo del manuscrito catalan toma como ejemplo la edicion del Esopete de Pablo Hurus de 1482, quien a su vez, estudio la traduccion de Heinrich Steinhowel, Ulmer Aesop , del aleman al latin. El interes didactico de la obra medieval fue el motivo por el que circulo por Europa, pues los autores reconocieron su valor moral y adaptaron su corpus fabulistico segun sus intereses. La primera aparicion de la edicion en catalan se localiza en el taller de Joan Carles Amoros en 1550, y la segunda corresponde a la imprenta de Sanso Arbus en 1576; de estas dos ediciones solo la segunda ha podido ser estudiada, y se localiza en los fondos de la Biblioteca de Catalunya. En sus inicios, este manuscrito sufrio nuevas modificaciones que afectaron a los contenidos fabulisticos, y el impreso tolosano de 1489 — pues se conocieron tres incunables que siguen la edicion de Hurus —contiene algunos cuentos que no aparecen en otras versiones e innovan el material narrativo, y en el siglo XVI fue el que se llego a la imprenta, y pudo servir de base a la version catalana. Estos textos catalanes presentan diferencias con los castellanos; las divergencias mas evidentes se producen al eliminarse los prologos interiores y al cambiar las estructuras de los bloques que contienen las fabulas. “Son numerosas las ocasiones en que el Isop se reedita en el siglo XVII, XVIII y XIX. Miquel y Planas (1912) recoge 17 ediciones hasta 1885, pero la cifra se puede incrementar facilmente” (p. 233), pero es complejo localizar con precision la fecha en la que se produjo la traduccion catalana por primera vez: “con los datos actuales, es muy dificil extraer cualquier conclusion minimamente consistente en torno a la historia de la fabula esopica en Cataluna dada la escasez de testimonios antiguos” (p. 234). En las paginas 239 y 240 se adjunta un anexo con las ilustraciones que acompanaban a las fabulas en las ediciones castellanas y catalanas, tomadas de las utilizadas en la coleccion alemana comentada. Si desea consultar la version electronica de este articulo, pulse aqui