La autora estudia el Baladro del Sabio Merlin en sus dos ediciones castellanas (Burgos, 1498, y Sevilla, 1535) y lo contrasta con el original frances conservado (Suite du Merlin). Las divergencias observadas pueden en algun caso proceder del Conte du Brait perdido, aunque en otros casos piensa en cambios operados por el traductor. Estas modificaciones suponen adiciones (como el episodio de los dos amantes, relacionado con el Siervo libre de amor), supresiones, en especial de los elementos mas maravillosos y cambios estilisticos. Hay tambien divergencias a su vez entre los dos impresos castellanos. Concluye que los Baladros son una autentica reescritura de la Suite du Merlin