Comienzan por trazar un panorama general en torno al cuento judio, en el que subrayan como gran parte de la tradicion popular perteneciente al folclore judio se nos ha conservado gracias a la insercion de los cuentos en la literatura talmudico-midrasica. En gran medida el cuento hebreo medieval judio se basa en los temas y motivos proporcionados por esta literatura con la casi unica excepcion de la narrativa hispanohebrea que bebio tambien de otras fuentes. Entre los siglos VIII al XIII cristaliza una forma literaria, desconocida hasta entonces en la literatura hebrea, y surgen los primeros libros de cuentos. Aparecen asi obras, como: El Midras de los Diez Mandamientos (con version castellana, conservada en la Biblioteca Universitaria de Salamanca), El Alfabeto de Ben Sira, El Libro precioso de salvacion o Sefer ha-Maasiyyot y Los exempla de los rabinos. La presencia en tierras hispanas de dos culturas orientales durante la Edad Media, la arabe y la hebrea, supuso la entrada de la corriente narrativa y sapiencial a la que ambos pueblos eran muy aficionados. Seguidamente repasan algunos cuentos de la Disciplina clericalis y del Libro de los exemplos por a.b.c, con claros precedentes judios, como “El medio amigo” y “El amigo integro” (DC, 1 y 2), que estan en los Exempla de los rabinos, 360, 361 y 362, y se relacionan con una version de “El ermitano y el juglar”, “El ejemplo de los dos juglares” (DC, 21), que esta en las Antiguedades judias de Flavio Josefo, el “El ejemplo del prudente hijo de un consejero real” (DC, 29), que guarda semejanzas con la “Historia del rey Monobaz”, “El ejemplo del ladron que quiso coger demasiadas cosas” (DC, 30), que esta en el Libro precioso de salvacion, etc