Uno de los problemas que plantea el Libro de Buen Amor de Juan Ruiz es el continuo cuestionamiento y parodia de su mensaje didactico. En este articulo se analiza el exemplum del ermitano que bebio demasiado vino y se pone en relacion con otros episodios que se centran en el autor y su alejamiento consciente de los modelos genericos de los que se aprovecha. Ademas, cada vez ha adquirido mas peso el fuerte componente autobiografico de la obra, de modo que el ermitano puede convertirse en un trasunto del propio autor porque Juan Ruiz y el eremita viven la misma frustracion. Si la perdicion del ermitano ebrio ha sido cruzarse con una mujer de carne y hueso, para el poeta, ya enamorado de antemano, la condena es no poder encontrar un ser de carne y hueso que puede estar a la altura de su Dios Amor (...). El auditorio (...) habra de cuestionarse, como el propio eremita ignorante, si las palabras que escucha constituyen un espejo de conducta o si, por el contrario, no son mas que un espejismo. (p. 145)