Importante tesis doctoral que se estructura en los siguientes apartados: 1. Los origenes del libro de Kalila wa-Dimna; 2. La transmision iberica de Kalila wa-Dimna; 3. La tradicion manuscrita de Calila e Digna; 4. Edicion critica de los dos manuscritos castellanos A y B; 5. Analisis lexicologico selectivo; Observaciones finales y Bibliografia. En la introduccion se estudia el origen de la coleccion asi como su recepcion en el ambito hispanico. El analisis de la trayectoria de la obra le lleva a Dohla a concluir que la version hispana se caracteriza por tener cierto caracter arcaico a causa de los capitulos introductorios y su orden, asi como por omitir el capitulo “Del rey de los ratones y de sus ministros” y por anadir los dos finales. A la misma rama perteneceria la traduccion hebrea atribuida al rabi Joel. Desconocemos quien se encargo de la traduccion castellana, pero Dohla sospecha “una cierta intervencion judia” (pag. 42). La difusion de la obra vino favorecida por su pertenencia al genero del adab: son libros que deben educar de manera divertida, para que no se aburran los que quieren disfrutar de su contenido moral y sapiencial. Sin la influencia de la literatura de adab de la Espana musulmana, ni los contenidos de los cuentos, ni la estructura narrativa de libros como Kalila wa-Dimna se hubieran propagado en la Espana cristiana, y por lo tanto en el resto de Europa (pag. 45). La edicion parte de los ms. A y B, confrontados con sus modelos arabes; el editor concluye que el ms. A corresponde a P18, y el ms. B, a Az. Al tratarse de dos refundiciones distintas, no es posible elaborar una edicion critica en el sentido clasico, y por ello Dohla opta por presentar ambos textos en dos columnas verticales. Ofrece de ambos una transcripcion semi-diplomatica, con anotaciones que marcan los pasajes divergentes de sus modelos arabes. El trabajo se cierra con un analisis lexicologico, que le lleva a concluir que, por lo general, los traductores no recurrieron a la lengua arabe para expresar contenidos nuevos sino que utilizaron medios ya existentes en la joven lengua castellana. Existen 44 arabismos en los dos manuscritos, pero solamente hay tres nuevos: “abnue”, “remasera” y “tittuya”. Los conocimientos del arabe que muestra el autor enlazan este trabajo con la vieja edicion de Alemany y lo convierten en un importante instrumento para futuras investigaciones sobre historia de la lengua o de la traduccion