Las autoras parten de una version francesa de la Disciplina clericalis para estudiar los cambios ideologicos que propone el traductor ya desde el incipit. Recuerdan que los numerosos manuscritos conservados se dividen en dos tradiciones: A, a la que denominan, siguiendo los criterios de Gaston Paris, Fables de Pierre Aufors y B, para la que reservan el titulo de Chastoiement d’un pere a son fils. En su estudio se centran en la version mas antigua, que corresponde a la rama A. En ella se describe la “clerecia” como una practica del conocimiento, capaz de proporcionar competencias espirituales y terrenales. El manuscrito se abre con tres versos, en los que se anuncia un proyecto existencial dirigido a quien espera los honores del mundo, al que sigue un nuevo prologo en frances. Tanto aqui, como en otros pasajes, el traductor muestra conocer bien el vocabulario cortes, lo que aparentemente supone un alejamiento del original latino. Sin embargo, las autoras proponen que en el original se dejaba ya abierta la via para una aproximacion entre honor y clerecia, por varias razones: 1. La obra se inscribe en una tradicion sapiencial que no hace distincion entre las realidades del orden terrestre y los valores espirituales. La corte aparece regida por un codigo cortes;2. Desde la primera leccion se subraya la importancia del tema de la hipocresia. No es extrano que los personajes mas habituales sean habiles mercaderes o viajeros. El medio de la corte esta poblado de trampas y enganos; 3. La importancia del tema del honor se pone de manifiesto en varias sentencias, como las del ejemplo 4. . En resumen, la importancia que el traductor frances concede al honor desde el prologo es el resultado de una atenta lectura del texto. En esa misma linea justifican tambien los cambios de orden en el manuscrito, con la anteposicion de algunos ejemplos (3, 4), que ilustran el concepto de verdadera nobleza, y de otros, como 22, 23 y 24, en los que se insiste en el caracter fugaz de los bienes de este mundo
Lugar de publicacion original: Tubingen