Este articulo analiza con minuciosidad una de las representaciones del infierno durante la Edad Media: la Boca del Infierno, imagineria que data de los primeros decenios del siglo XI y viene de la mano de monjes anglosajones. Su iconografia aterradora o arte infernal -configurada gracias a los apocalipsis (a pesar de la austeridad en la descripcion del infierno), los relatos apocrifos hebreos (por ejemplo, el Libro de los Jubileos y el Martirio de Isaias), entre otros materiales- sirvio como advertencia continua a los cristianos sobre las duras penas que en el Mas Alla les esperaban si contravenian el decalogo divino. Paulatinamente, la accion de la Iglesia -que acabo implicada en el proceso- no solo intentaba infundir miedo, sino que funcionaba como una admonicion, como una forma de hacer reflexionar al cristiano ante las consecuencias de una vida pecaminosa, con la pretension de inducir a la penitencia y al arrepentimiento de los vivos ante el espectaculo de los muertos castigados. (p. 272). La imagen del infierno como boca parece que no procede de las Escrituras, sino que surge de la coalescencia de diversas figuras bestiales, biblicas, miticas y legendarias. Asi las cosas, la Boca del Infierno llego a ser el motivo iconografico casi obligado de la representacion del concepto cristiano de la condena eterna. Se ejemplifica esta afirmacion con diversos materiales: la Vision de Tongdal, la La Ciudad de Dios, el Libro de Horas de Catherine de Cleves, la Biblia Holkham y el Apocalipsis Gulbenkian. Si desea consultar la version electronica de este articulo, pulse aqui. Vease tambien Gomez, Nora M. “La representacion de la condena como devocion”. En Jesus Canas Murillo; Francisco Javier Grande Quejido; Jose Roso Diaz ed. Medievalismo en Extremadura. Estudios sobre Literatura y Cultura Hispanicas de la Edad Media. Caceres: Universidad de Extremadura, 2009. CD. 133-150