“No es don Florindo un heroe que cuadre con los rasgos tipicos del protagonista de un libro de caballerias. Su autor lo concibio misogino, inclinado al juego y la pendencia, y de conducta apicarada en algunso lances concretos.” (p. 55). Estas palabras sirven de introduccion al estudio del episodio del Castillo de las Siete Venturas, un conjunto de capitulos que se desarrollan en clave alegorica y que remiten a los castillos de la tradicion alegorica renacentista. Su funcion es servir de antesalas para la penitencia y el castigo, pero en el Don Florindo tienen un papel anadido: servir de rito iniciatico (“Es un particular descenso a los infiernos (o ascenso al Paraiso) del que saldra renovado y dispuesto a integrarse a la sociedad, una vez alcanzado el secreto de los dioses, o lo que es lo mismo, la plenitud del espiritu.”, p. 67). Esta superacion espiritual “le situa como pionero de los caballeros a lo divino y nos muestra una curiosa elaboracion literaria de la tradicion simbolica que tan granados frutos cosechara en la mistica teresiana.” (p. 67). Si desea consultar la version electronica de este trabajo, pulse aqui