De entre los numerosos cuentos escritos por Emilia Pardo Bazan solo cuatro se inspiraron en relatos de tradicion oral: “Los zapatos viejos”, “Sabel”, “Los huevos arrefalgados” y “Juan Engrudo”. En este ultimo caso, aparecido en 1903, se inspiro en el cuento folclorico conocido internacionalmente como “El sastre valiente” (tipo 1640), que pertenece a la clase de los cuentos maravillosos carnavalescos, de los que no se deriva ninguna ensenanza moral. Pardo Bazan reelabora el cuento dandole su vision particular, en concreto llenandolo de una moralidad alejada del didactismo al uso. Conserva muchos de los elementos del cuento, que se van analizando, pero desdobla el personaje protagonista de Juan Engrudo en dos: el mismo y su fiel oficial, que es el verdaderamente astuto que lo saca de los problemas en que se mete. El final del cuento es amargo: el protagonista, ya convertido en principe, da la orden de matar a su ayudante. Esta conclusion, cargada de contenido social y moral, en el que la fidelidad y la bondad no tienen su recompensa, es una muestra de como la autora opta por el contraejemplo, alejandose del espiritu del genero, y creando asi un verdadero cuento literario a partir del acervo popular